
ha sido una noche larga.... pero logré salir del laberinto que nos impone el tiempo, la mente y el corazón mismo. He puesto algunos empeños en la esperanza, y no se sila providencia, la suerte, o el destino, me han compensado con algunas dichas.
Pues bien, mi querdia Fedra vuelvo a escribirte despues de esa noche.
Vuelvo a pensar en tu cuerpo herido por deseos confesos e inconfesos
Vuelvo a vibrar con tus cartas de amor tiradas en el lecho de mis ansiedades.
Estoy agotado y confundido.
Tal vez unos tragos de vino de linaza con cidra me devuelvan la sonrisa y la mirada sobre las cosas perdidas.
Se me pierde todo, desde el tiempo hasta los recuerdos. Desde las horas hasta la vida misma.
La demora es despertar y sin saber como ni cuando ya estoy de vuelta en la noche cansado, agotado y cuando me doy cuenta no he tenido ni siquiera un segundo para jugar o deleitarme con los recuerdos. Que extraño ha sido.
Alguna vez me lo expresaste "es el laberinto querido, el laberinto.."
El amor Fedra, por estos días anda de viaje, pero la lujuria regresa cada que se puede leer una o dos cartas tuyas.