lunes, 21 de enero de 2008

superticiones


Y parece que has muerto.
Tu silencio te delata. Y no es un chiste de guisa.


No te encuentro ni en la luna ni en el fondo del rio. Tu imagen es presencia ausente entre mis angustias y tu voz ya se me confunde con el latir del desconcierto.
Un grupo de gitanos, de esos que errantes van por el mundo como piedras rodantes sin ley ni casa, me ha visto y me ha dicho que la encrucijada de mi vida es más grave que salir del laberinto del Minotauro. Les hes dicho que basta con saber que la vida es una rueda y yo estoy en ella.
Hoy tengo la fe ida y la dicha enredada, pero saberte que existe la esperanza más allá de las montañas, más allá de los reyezuelos pasajeros, más allá de las vanidades de hoy, me dan consuelo.