
Mi Estimada Fedra.
Es cierto, no lo puedo negar, a veces mi cuerpo delira por ti, por tus cuidados y cariños. Pero es igual a otros delirios de piel, de esa sed insaciable que a veces nos gobierna la hombría a los humanos, desde las entrepiernas (!)
Entiende, por favor, que yo no puedo acceder a tu lecho asi como asi, ni siquiera pensar que tu vientre, tus pechos y tu vagina me alimenten la vida que sexual, las ternuras y los días, porque tu vida le pertenece a los compromisos que tienen con mi padre, y mis vida le pertenece a otra dama, por la que mi corazón , como un velero, se ilusiona. Y a la que espero no serle infiel, a la que espero serle leal, a la que nunca quiero lastimar por ti, que vas de lecho en lecho y no tienes empacho en besar el falo de su hijastro mientras duerme.
Una copa de vino me trae tus pasiones desenfrenadas. Una copa de vino me levanta el ánimo por los cuerpos y los deseos me arrastran. Pero te repito, no puede ser.
Fedra, hay un hombre que te ama y ese es mi padre, hay un héreo para el mundo que descansa a tu lado y que tambien tiene que ser tu héreo, hay una dignidad de mujer casada que guardar y hay unas formas que mantener. El honor de tu marido esta en juego, y la honestidad de una dama se puede perder por tus alcanzces impensados de mujer libertina ¿por qué no te semetes a la tradición y dejas de asediarme, porque te maltratas y engañas mis emociones? ¿qué podemos ganas de todo esto sino dolor? ¿que gano yo, si tuerzo mi destino para estar entre tus plieges?
Atentamente
Hipólito
Es cierto, no lo puedo negar, a veces mi cuerpo delira por ti, por tus cuidados y cariños. Pero es igual a otros delirios de piel, de esa sed insaciable que a veces nos gobierna la hombría a los humanos, desde las entrepiernas (!)
Entiende, por favor, que yo no puedo acceder a tu lecho asi como asi, ni siquiera pensar que tu vientre, tus pechos y tu vagina me alimenten la vida que sexual, las ternuras y los días, porque tu vida le pertenece a los compromisos que tienen con mi padre, y mis vida le pertenece a otra dama, por la que mi corazón , como un velero, se ilusiona. Y a la que espero no serle infiel, a la que espero serle leal, a la que nunca quiero lastimar por ti, que vas de lecho en lecho y no tienes empacho en besar el falo de su hijastro mientras duerme.
Una copa de vino me trae tus pasiones desenfrenadas. Una copa de vino me levanta el ánimo por los cuerpos y los deseos me arrastran. Pero te repito, no puede ser.
Fedra, hay un hombre que te ama y ese es mi padre, hay un héreo para el mundo que descansa a tu lado y que tambien tiene que ser tu héreo, hay una dignidad de mujer casada que guardar y hay unas formas que mantener. El honor de tu marido esta en juego, y la honestidad de una dama se puede perder por tus alcanzces impensados de mujer libertina ¿por qué no te semetes a la tradición y dejas de asediarme, porque te maltratas y engañas mis emociones? ¿qué podemos ganas de todo esto sino dolor? ¿que gano yo, si tuerzo mi destino para estar entre tus plieges?
Atentamente
Hipólito